viernes, 24 de julio de 2015

Monografía de Hokusai

                        Universidad para la Profesionalización Estratégica

Maestría en Educación

Elaboración y evaluación de materiales de educación

Tema: Monografía de Hokusai

Maestra: Lourdes Cuevas

Alumnos:
Janneth Sánchez Gómez
Juan Manuel Romero Rivas
Edgar Mercado Rodriguez
José Pablo López Gómez








                                               Zinacantepec. México; Junio 2015


INTRODUCCIÓN
El dibujo siempre ha sido un medio de comunicación poseedor de una narrativa intensa y lineal. El contenido que puede guiar el trazo y dirección de las líneas, varía según el dominio espacial que posea el artista. Dedicar toda una vida a perfeccionar este arte hasta tal grado de considerarlo una filosofía de aprendizaje.
Hoy en día, tanto en Japón como en el resto del mundo, las historietas conocidas como “manga” tuvieron su origen en base a la creación de unos manuales de dibujo creadas por un erudito gráfico conocido como Hokusai. Pequeños fragmentos de la vida social, natural e imaginaria japonesa se conglomeran en estas “enciclopedias gráficas” y nos dan una ventana  hacia la vista de un maestro de luces y colores.














KATSUSHIKA HOKUSAI 葛飾
Katsushika Hokusai (葛飾 北斎), conocido simplemente como Hokusai (北斎?) (Edo, actual Tokio, 31 de octubre de 1760 - 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés, adscrito a la escuela Ukiyo-e del periodo Edo. Es uno de los principales artistas de esta escuela conocida como «pinturas del mundo flotante». También es conocido por la diversidad de nombres que utilizó a lo largo de su carrera profesional, Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin, Iitsu y Manji.
Descripción: http://www.metmuseum.org/toah/images/hb/hb_JP1847.jpg

Fue autor de una obra inmensa y variada. Por ejemplo, en el Hokusai Manga (北斎まんが, Hokusai Manga) (1814-1849), muestra la vida diaria de su población, con una gran exactitud y sentido del humor.3 Realizó grabados de paisajes, las Treinta y seis vistas del monte Fuji (富嶽三十六景, Fugaku Sanjūroku-kei)(ca. 1830-1833)4 y las Cien vistas del monte Fuji (1834),3 que reflejan en parte una fijación personal con el Monte Fuji. Fueron obras de esta serie, La gran ola de Kanagawa (神奈川沖浪裏, Kanagawa Oki Nami Ura) y Fuji en días claros (凱風快晴, gai kaze kaisei), las que aseguraron la fama de Hokusai, tanto dentro del Japón como en el extranjero.
Las características de sus primeras obras eran la soltura con que realizaba las líneas con elegantes curvas que evolucionó hacia unas espirales dando una elegancia y espontaneidad aún mayor a sus dibujos. Las obras se grababan normalmente sobre planchas de madera de cerezo y el impresor podía hacer copias del original hasta que el relieve grabado en la madera empezaba a desaparecer. El tema principal eran retratos en un primer plano de geishas, actores del teatro kabuki y samuráis, que aparecían tanto en escenas eróticas como humorísticas. También aparecían rodeados de paisajes, y en esta especialidad Hokusai demostró toda su maestría.
Hokusai trabajó hasta el último día de su existencia. Era un artista enérgico que se levantaba temprano y pintaba hasta la noche. Ésta había sido su forma de actuar durante toda su larga y productiva vida, y fue también la de sus años finales. De los millares de libros y de impresiones de Hokusai, sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji son particularmente notables. Publicada entre 1826 y 1833, esta famosa serie, que con los suplementos incluía un total de 46 impresiones a color, marcó un hito en la impresión japonesa de paisajes. La grandeza del diseño y la habilidad de la ejecución no había sido alcanzada hasta ese momento, incluso en el trabajo de su contemporáneo Utagawa Hiroshige. En conjunto, Hokusai tuvo una gran producción artística integrada por unas treinta mil obras.






HOKUSAI Y EL FUJI
La representación tan frecuente del monte Fuji por parte de Hokusai también tiene un componente relacionado con sus creencias religiosas. Hokusai fue miembro de la orden budista de Nichiren. En Japón, esta montaña ha estado tradicionalmente vinculada a la vida eterna, y la creencia se remonta al Cuento del cortador de bambú. Trata de Kagulya (かぐ o , Luz brillante), una princesa hija de la Luna nacida dentro de un tronco de bambú para complacer dos ancianos que ya no podían tener hijos, y que depositó el elixir de la vida eterna en la cima de la montaña. Así desde una fase inicial, el monte Fuji, fue visto como la fuente del secreto de la inmortalidad, una tradición que estaba en el centro de la propia obsesión de Hokusai por la montaña.16

El monte Fuji es un símbolo del Japón, una montaña sagrada desde el siglo VII. Existe una leyenda sintoísta que explica que el emperador ordenó destruir la parte superior de la montaña para conseguir el elixir de la inmortalidad, el humo que se escapa a veces por su cima, se explica que procede de la bebida que se está consumiendo.n. 2 Por otro lado, según la tradición, es la morada de los dioses sintoistas Fuji-hime y Sakuya-hime.17 También la muerte de Jikigyō Miroku (1671-1733), un monje budista que murió ayunando en la montaña, potenció la veneración de esta montaña y transformó el hecho de visitarla en un ritual lleno de significados.






HOKUSAI Y EL “MANGA”
La mayor de las obras de Hokusai es la colección de 15 volúmenes llamados Hokusai Manga (北斎漫画). Es una colección con unos 4.000 dibujos muy diversos que incluyen paisajes, flora, fauna, y escenas de la vida cotidiana. Es una obra impresa en tres colores: negro, gris y rosáceo. El primer dibujo se publicó en 1814 cuando el artista tenía 55 años, siendo los tres últimos volúmenes publicado póstumamente, y el último de ellos está considerado una obra apócrifa.26

Estos bocetos a menudo se cree, erróneamente, que son el precedente de los modernos manga. El nombre de manga, en la obra de Hokusai, hace referencia a una colección de bocetos no conectados entre sí por ninguna historia, por lo que tienen una concepción diferente del cómic en el que se fundamenta el manga moderno. Cabe decir que la forma de trabajar, sobre papel transparente y llevado a cabo en varias fases, sí que tiene una similitud en la manera de elaborar el moderno cómic o manga. Hokusai hacía un simple esbozo en papel transparente y luego colocaba encima otro papel también transparente donde corregía el dibujo, añadía más detalles y realizaba la composición final. Este era el diseño definitivo que era pegado a la plancha de madera donde se realizaba el grabado. En su elaboración, había que seguir de manera cuidadosa las líneas trazadas para poder hacer después la impresión de la estampa. En occidente esta obra comenzó a ser conocida después de que Matthew Perry llegara a Japón en 1854.27

Estos dibujos realizados cuando el artista tenía entre 60 y 70 años son reconocidos como lo mejor de su obra. Hokusai fue uno de los pintores que más contribuyó a que la pintura de paisajes y sobre la naturaleza -pájaros y flores-llegara a ser un icono con el que se identifica la cultura del Japón.


INFLUENCIA
En 1854 los puertos japoneses se abrieron al comercio con Europa. A partir de ese momento, entre otras cosas, la influencia de la estética japonesa se ​​extendió rápidamente por Occidente y, de una manera especial, en París. Pintores impresionistas como Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas, Vincent Van Gogh y Claude Monet, recibieron su influencia. Entre los artistas japoneses que llamaron la atención destacó Hokusai.
A mediados del siglo XIX sus grabados, así como los de otros artistas japoneses, llegaron a París. Allí eran coleccionados, especialmente por parte de artistas impresionistas de la talla de Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de los grabados mencionados.
Aunque la existencia del estilo ukiyo-e se remontaba trescientos años atrás, su gran desarrollo se produjo durante los siglos XVIII y XIX ya que en la sociedad japonesa, en aquellos momentos con más recursos económicos, las xilografías eran muy apreciadas. Más adelante, pero, con el intercambio comercial entre Japón y Occidente, también se produjo un descenso en la producción de estas estampas. Entre los años 1868 y 1912 llegaron a Japón importaciones de bienes occidentales, entre ellos la fotografía y las nuevas técnicas de impresión, innovaciones que provocaron que el género ukiyo-e llegara prácticamente a desaparecer.
Van Gogh fue uno de los pintores que expresaron su gran admiración hacia las estampas japonesas y realizó varias copias de sus xilografías.





MESOGRAFÍA
·         Gian Carlo Colza. (2004). Hokusai. Londres: Phaidon.
·         Gian Carlo Carlza. (2007). Ukiyo-e. Londres: Phaidon.

·         Daniel Ankele. (2011). Hokusai, 100 poems. Nueva York: Ankele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario