Universidad para la Profesionalización Estratégica
Maestría en Educación
Elaboración y evaluación de
materiales de educación
Tema: Monografía de Hokusai
Maestra: Lourdes Cuevas
Alumnos:
Janneth Sánchez Gómez
Juan Manuel Romero Rivas
Edgar Mercado Rodriguez
José Pablo López Gómez
Zinacantepec. México; Junio 2015
INTRODUCCIÓN
El
dibujo siempre ha sido un medio de comunicación poseedor de una narrativa
intensa y lineal. El contenido que puede guiar el trazo y dirección de las
líneas, varía según el dominio espacial que posea el artista. Dedicar toda una
vida a perfeccionar este arte hasta tal grado de considerarlo una filosofía de
aprendizaje.
Hoy
en día, tanto en Japón como en el resto del mundo, las historietas conocidas
como “manga” tuvieron su origen en base a la creación de unos manuales de
dibujo creadas por un erudito gráfico conocido como Hokusai. Pequeños
fragmentos de la vida social, natural e imaginaria japonesa se conglomeran en
estas “enciclopedias gráficas” y nos dan una ventana hacia la vista de un maestro de luces y
colores.
KATSUSHIKA HOKUSAI 葛飾 北斎
Katsushika
Hokusai (葛飾 北斎),
conocido simplemente como Hokusai (北斎?)
(Edo, actual Tokio, 31 de octubre de 1760 - 10 de mayo de 1849) fue un pintor y
grabador japonés, adscrito a la escuela Ukiyo-e del periodo Edo. Es uno de los
principales artistas de esta escuela conocida como «pinturas del mundo
flotante». También es conocido por la diversidad de nombres que utilizó a lo
largo de su carrera profesional, Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin, Iitsu y
Manji.
Fue
autor de una obra inmensa y variada. Por ejemplo, en el Hokusai Manga (北斎まんが, Hokusai Manga) (1814-1849), muestra la vida diaria de
su población, con una gran exactitud y sentido del humor.3 Realizó grabados de
paisajes, las Treinta y seis vistas del monte Fuji (富嶽三十六景,
Fugaku Sanjūroku-kei)(ca. 1830-1833)4 y las Cien vistas del monte Fuji (1834),3
que reflejan en parte una fijación personal con el Monte Fuji. Fueron obras de
esta serie, La gran ola de Kanagawa (神奈川沖浪裏,
Kanagawa Oki Nami Ura) y Fuji en días claros (凱風快晴,
gai kaze kaisei), las que aseguraron la fama de Hokusai, tanto dentro del Japón
como en el extranjero.
Las
características de sus primeras obras eran la soltura con que realizaba las
líneas con elegantes curvas que evolucionó hacia unas espirales dando una
elegancia y espontaneidad aún mayor a sus dibujos. Las obras se grababan
normalmente sobre planchas de madera de cerezo y el impresor podía hacer copias
del original hasta que el relieve grabado en la madera empezaba a desaparecer.
El tema principal eran retratos en un primer plano de geishas, actores del
teatro kabuki y samuráis, que aparecían tanto en escenas eróticas como
humorísticas. También aparecían rodeados de paisajes, y en esta especialidad
Hokusai demostró toda su maestría.
Hokusai
trabajó hasta el último día de su existencia. Era un artista enérgico que se
levantaba temprano y pintaba hasta la noche. Ésta había sido su forma de actuar
durante toda su larga y productiva vida, y fue también la de sus años finales.
De los millares de libros y de impresiones de Hokusai, sus Treinta y seis
vistas del Monte Fuji son particularmente notables. Publicada entre 1826 y
1833, esta famosa serie, que con los suplementos incluía un total de 46
impresiones a color, marcó un hito en la impresión japonesa de paisajes. La
grandeza del diseño y la habilidad de la ejecución no había sido alcanzada
hasta ese momento, incluso en el trabajo de su contemporáneo Utagawa Hiroshige.
En conjunto, Hokusai tuvo una gran producción artística integrada por unas
treinta mil obras.
HOKUSAI
Y EL FUJI
La
representación tan frecuente del monte Fuji por parte de Hokusai también tiene
un componente relacionado con sus creencias religiosas. Hokusai fue miembro de
la orden budista de Nichiren. En Japón, esta montaña ha estado tradicionalmente
vinculada a la vida eterna, y la creencia se remonta al Cuento del cortador de
bambú. Trata de Kagulya (かぐ
や
o 辉 夜,
Luz brillante), una princesa hija de la Luna nacida dentro de un tronco de
bambú para complacer dos ancianos que ya no podían tener hijos, y que depositó
el elixir de la vida eterna en la cima de la montaña. Así desde una fase
inicial, el monte Fuji, fue visto como la fuente del secreto de la
inmortalidad, una tradición que estaba en el centro de la propia obsesión de
Hokusai por la montaña.16
El
monte Fuji es un símbolo del Japón, una montaña sagrada desde el siglo VII.
Existe una leyenda sintoísta que explica que el emperador ordenó destruir la
parte superior de la montaña para conseguir el elixir de la inmortalidad, el
humo que se escapa a veces por su cima, se explica que procede de la bebida que
se está consumiendo.n. 2 Por otro lado, según la tradición, es la morada de los
dioses sintoistas Fuji-hime y Sakuya-hime.17 También la muerte de Jikigyō
Miroku (1671-1733), un monje budista que murió ayunando en la montaña, potenció
la veneración de esta montaña y transformó el hecho de visitarla en un ritual
lleno de significados.
HOKUSAI
Y EL “MANGA”
La mayor de las obras de
Hokusai es la colección de 15 volúmenes llamados Hokusai Manga (北斎漫画). Es una colección con unos
4.000 dibujos muy diversos que incluyen paisajes, flora, fauna, y escenas de la
vida cotidiana. Es una obra impresa en tres colores: negro, gris y rosáceo. El
primer dibujo se publicó en 1814 cuando el artista tenía 55 años, siendo los
tres últimos volúmenes publicado póstumamente, y el último de ellos está
considerado una obra apócrifa.26
Estos bocetos a menudo se
cree, erróneamente, que son el precedente de los modernos manga. El nombre de
manga, en la obra de Hokusai, hace referencia a una colección de bocetos no
conectados entre sí por ninguna historia, por lo que tienen una concepción
diferente del cómic en el que se fundamenta el manga moderno. Cabe decir que la
forma de trabajar, sobre papel transparente y llevado a cabo en varias fases,
sí que tiene una similitud en la manera de elaborar el moderno cómic o manga.
Hokusai hacía un simple esbozo en papel transparente y luego colocaba encima
otro papel también transparente donde corregía el dibujo, añadía más detalles y
realizaba la composición final. Este era el diseño definitivo que era pegado a
la plancha de madera donde se realizaba el grabado. En su elaboración, había
que seguir de manera cuidadosa las líneas trazadas para poder hacer después la
impresión de la estampa. En occidente esta obra comenzó a ser conocida después
de que Matthew Perry llegara a Japón en 1854.27
Estos dibujos realizados
cuando el artista tenía entre 60 y 70 años son reconocidos como lo mejor de su
obra. Hokusai fue uno de los pintores que más contribuyó a que la pintura de
paisajes y sobre la naturaleza -pájaros y flores-llegara a ser un icono con el
que se identifica la cultura del Japón.
INFLUENCIA
En
1854 los puertos japoneses se abrieron al comercio con Europa. A partir de ese
momento, entre otras cosas, la influencia de la estética japonesa se extendió
rápidamente por Occidente y, de una manera especial, en París. Pintores
impresionistas como Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas,
Vincent Van Gogh y Claude Monet, recibieron su influencia. Entre los artistas
japoneses que llamaron la atención destacó Hokusai.
A
mediados del siglo XIX sus grabados, así como los de otros artistas japoneses,
llegaron a París. Allí eran coleccionados, especialmente por parte de artistas
impresionistas de la talla de Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgar Degas y
Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de los
grabados mencionados.
Aunque
la existencia del estilo ukiyo-e se remontaba trescientos años atrás, su gran
desarrollo se produjo durante los siglos XVIII y XIX ya que en la sociedad
japonesa, en aquellos momentos con más recursos económicos, las xilografías
eran muy apreciadas. Más adelante, pero, con el intercambio comercial entre
Japón y Occidente, también se produjo un descenso en la producción de estas
estampas. Entre los años 1868 y 1912 llegaron a Japón importaciones de bienes
occidentales, entre ellos la fotografía y las nuevas técnicas de impresión,
innovaciones que provocaron que el género ukiyo-e llegara prácticamente a
desaparecer.
Van
Gogh fue uno de los pintores que expresaron su gran admiración hacia las
estampas japonesas y realizó varias copias de sus xilografías.
MESOGRAFÍA
·
Gian Carlo Colza. (2004). Hokusai. Londres:
Phaidon.
·
Gian Carlo Carlza. (2007). Ukiyo-e. Londres:
Phaidon.
·
Daniel
Ankele. (2011). Hokusai, 100 poems. Nueva York: Ankele.
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