viernes, 24 de julio de 2015

Breviario del mole poblano

Breviario del mole poblano 
Descripción: http://www.marcobeteta.com/wp-content/uploads/2013/10/mole_pob2.jpg
Por: José Pablo López Gómez
Janneth Sánchez Gómez
Edgar Mercado R.
Juan Manuel Romero Rivas

Introducción
ü  Es  símbolo de la gastronomía nacional, es reconocido a nivel mundial, se trata del mole, un majar orgullosamente poblano, cuyo origen se encuentra en el año mil 700, cuando Sor Andrea de la Asunción, internada en el convento de Santa Rosa de Lima, buscaba un nuevo platillo que fuera digno del virrey  español don Thomas Antonio, quien visitaba el lugar.
ü  El mole no es un producto de la casualidad si no el resultado de un lento proceso culinario iniciado desde la época prehispánica y perfeccionado en la colonia. En la época prehispánica encontramos una amplia variedad de alimentos elaborada con chiles de diferentes tipos, las salsas con este ingrediente eran parte del menú Mexica.
ü  El mole como la cocina Mexicana, es una creación colectiva, producto de un sincretismo cultural que no surgió de la noche a la mañana, ni de una sola persona.
ü  Pertenece a la categoría de cocina popular ligada a los productos de la región, a la tradición oral preservada por generaciones, pero al mismo tiempo tiene un espíritu dinámico, innovador y refinado.
Origen
ü  Jesús Vázquez, Responsable operativo Centro Cultural Santa Rosa nos comentó “resulta que Sor Andrea fue tomando varios ingredientes, chile mulato, chile ancho, pero se da cuenta que es muy irritante y lo empieza a desgastar con cosas amargas como el cacao, almendra, y chocolate, es una mezcla de ingredientes, porque no le agregamos tortilla quemada, también le agregó anís, el mole es una mezcla de 4 picantes, 18 ingredientes y aun así le faltaba una especie más que era el pollo el guajolote.”
ü  Fue así como nació este platillo cuyo nombre surgió casi a la par a consecuencia de un error de pronunciación, pues Jesús Vázquez señala “el aroma lo perciben las demás monjas, les causa tentación y cuando encuentran a Sor Andrea en uno de los metates, rompen el voto de silencio, y exclaman:  que bien mole, madre chile, a los que Andrea responde es muele el chile, no mole el chile, por dios pero gracias por darle el nombre a mi platillo, entonces aquí  justamente nance el nombre del mole poblano”
ü  Una exquisita comida barroca, fusión de la gastronomía indígena y colonial que les valió el reconocimiento del propio virrey, quien dio órdenes precisas para premiar a las creadoras del mole y les mandaron a  forrar en azulejo de talavera poblana la cocina, desde piso,  paredes, arcos, hasta la bóveda.

¿cómo preparar el mole poblano?
INGREDIENTES

  • • 500 gramos de chiles mulatos
    • 750 gramos de chiles pasillas
    • 750 gramos de chiles anchos
    Las tres variedades de chiles van desvenados y despepitados
    • 450 gramos de manteca de cerdo
    • 5 dientes de ajo medianos
    • 2 cebollas medianas rebanadas
    • 4 tortillas duras partidas en cuatro
    • 1 bolillo frito bien dorado
    • 125 gramos de pasitas
    • 250 gramos de almendras
    • Pepitas de chile al gusto
    • 150 gramos de ajonjolí
    • ½ cucharada de anís
    • 1 cucharadita de clavo en polvo o 5 clavos de olor
    • 25 gramos de canela en trozo
    • 1 cucharadita de pimienta negra en polvo o 6 pimientas enteras
    • 4 tabletas de chocolate de metate
    • 250 gramos de jitomate pelado y picado
    • Azúcar y sal al gusto
    • 1 guajolote o pavo grande partido en piezas y cocido en un buen caldo hecho con zanahorias, poro, cebolla, una rama de apio, perejil y un diente de ajo.
PREPARACIÓN
Los chiles se pasan por 300 gramos de manteca caliente, se colocan en una cazuela con agua muy caliente y se deja que den un hervor para que se suavicen. En la misma manteca se acitronan el ajo y la cebolla, se añaden la tortilla, el pan, las pasas, las almendras, las pepitas de chile, la mitad del ajonjolí, el anís, el clavo, la canela, las pimientas, el chocolate y el jitomate y se fríe todo muy bien; se agregan los chiles escurridos y se fríe unos segundos más. Todo esto se muele en la licuadora con el caldo donde se coció el pavo y se cuela. En una cazuela de barro especial para mole se pone a calentar el resto de la manteca, se añade la salsa, se deja hervir el mole durante cinco minutos, se sazona con sal y azúcar y, si es necesario, se añade más caldo; debe quedar una salsa espesita.  Se deja hervir de 25 a 30 minutos más a fuego lento, se añaden los trozos de guajolote y se deja hervir unos minutos más
UTENSILIOS PARA ELABORAR EL MOLE
ü  Sartén.
ü  Palita o cuchara de madera.
ü  Recipiente de vidrio o de plástico con capacidad de 2 litros.
ü  Licuadora o procesador de alimentos (también puede ocupar molcajete o metate).
  • Bolsa nueva de plástico gruesa (de polietileno) de 1 kg o un envase esterilizado con capacidad de 1 litro.
ü  Etiqueta adherible
RECOMENDACIONES 
        Es importante que la cantidad de mole que vaya a preparar la disuelva previamente en un poco de consomé de pollo o en agua, de manera que quede una salsa espesa; deje hervir unos minutos a fuego bajo para sazonar.
        En otra cacerola ponga un poco de aceite a calentar a fuego medio, y ahí fría el mole, agregándole previamente un poco de caldo; se deja hervir.
Datos generales
ü  La inspiración gastronómica del mexicano tiene su clímax en el mole. Por ello es el platillo festivo por antonomasia: cuando se trata de festejar en grande, sólo un mole de guajolote está a la altura del acontecimiento. Tal consideraba Alfonso Reyes cuando aseguraba que el sentido suntuario y colorista del mexicano tenía que dar con ese lujoso plato, piedra de toque del guisar y el comer. Audacia ciclópea… De menos se han hecho los mitos. Bastaría observar la enorme cantidad de moles que tenemos, y los que hemos tenido a través de los siglos, para constatar su condición: son el resultado decantado de la inspiración de los pueblos. Pero, en realidad, ha habido y hay tantos moles como guisanderas que los cocinan. Y debe considerarse: es casi imposible copiar un mole (incluso con la receta), pues son numerosos los detalles que cada cocinera resuelve a su modo y al momento. Es decir, el mole es una síntesis individual y particular de la gastronomía.
ü   Por otra parte, el mole representa cabalmente –como ningún otro platillo de la cocina mexicana- el mestizaje de la misma. Es la suma de casi cinco siglos de sincretismo culinario y podemos observarlo en el mole poblano –el más famoso de nuestros moles-. Una receta más o menos habitual lleva ingredientes indígenas: cuatro variedades de chiles: anchos, pasillas, mulatos y chipotles, chocolate, tortilla de maíz tostada y jitomate; ingredientes árabes: ajonjolí y almendras; ingredientes europeos: nueces, pan o galletas de trigo tostados, anís, pasas, cebolla y ajo y, por supuesto, se prepara con manteca de cerdo; especias orientales: clavo, pimienta y canela.
El mole devino factor representativo de la unidad nacional y por lo tanto de la “mexicanidad”
ü  J. Antonio Arvizu y María Elena Cortés rememoran el Concierto barroco de Alejo Carpentier, cuando evoca a nuestro mole: “las pompas del guajolote vestido de salsas obscuras con aroma de chocolate y calores de mil pimientas”. Y ciertamente es la relación entre ese nuestro platillo nacional y aquella corriente artística desbordante, la que enmarca su análisis de un caso queretano.
ü  Una encuesta llevada a cabo por la investigadora aporta interesantes datos acerca de la percepción personal sobre el sabor del mole, sobre cómo y cuándo se prepara y sobre el significado y presencia que tiene el mole en la vida. El futuro del mole en las mesas de mañana dependerá de lo que sembremos en la niñez, que será la encargada de preservarlo y trasmitirlo.
ü  Mario Riestra es un experto en cultura binacional. Desde la perspectiva de los connacionales que viven en el exterior, puede aquilatar que las formas de identidad tienen un origen común, identificado por patrones culturales que lo hacen único. La nacionalidad se reconoce en los productos culturales del pueblo, en el complejo tejido que conforma la identidad cultural. Las fiestas y tradiciones mexicanas están ligadas a su cocina y no podríamos entender los grandes acontecimientos del hombre y la mujer mexicanos, desde su nacimiento hasta su muerte, sino en torno a un platillo que los conmemore. Para entender al mexicano es necesario disfrutar de su amplísima cocina.
Bibliografía

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